La mirada integral, es precisamente incorporar-nos a un espacio que nos convoca a sanar y que incluye todo lo que rodea y compone la vida de un ser humano: su cuerpo, sus emociones, sus pensamientos, su alimentación, sus hábitos diarios, su vivienda, el trabajo que realiza, la familia de la que proviene y a la que pertenece, la medicina, la educación, sus creencias espirituales, políticas, su economía, sus desacuerdos, conflictos y presiones diarias.
Cuando comenzamos el acompañamiento terapéutico, tenemos presentes todos estos aspectos en el trabajo de profundización y cambio que esa persona quiere realizar. Conectando con el sentir y la sabiduría que cada Ser guarda impecable en su profundidad.
No hay soluciones fuera de nosotros, hay personas, astros y seres sutiles que pueden ayudarnos a ver y sentir nuestra sabiduría interna.
De allí que no nos enfocamos en una teoría o una disciplina, sino que aunamos para completarnos, asumiendo la responsabilidad de un trabajo propio y conjunto a la vez. Basando esta mirada en la certeza de que tenemos algo importante que hacer en esta tierra, mucho para dar y por descubrir, y seguramente también bastante que sanar! Pero, sobre todo, me motiva confirmar que en cada proceso aparentemente personal, hay una humanidad comprometida, la historia del mundo está grabada en nosotros y dirige nuestras acciones (a veces incomprensibles).
La brújula me llevó hasta aquí, personal y profesionalmente. Es lo que intentamos diariamente, acompañarnos y comprendernos desde una mirada integral, compasiva y cada día más amorosa.